Supongo que ya tienen una noción básica de lo que es la magia. No obstante, es probable que nuestra definición de magia no coincida completamente, así que busquemos una definición práctica y comprensible.
El renombrado ocultista Aleister Crowley describía la magia como “la ciencia y el arte de provocar cambios mediante la voluntad”. Crowley fue un destacado miembro de la Orden Hermética de la Aurora Dorada (Golden Dawn). Otra figura notable de esta orden fue Dion Fortune, quien compartía la definición de magia de Crowley, aunque con un enfoque en el cambio de conciencia. Fortune, una psicóloga de formación no formal publicó varios libros sobre psicología bajo su nombre real, Violet Firth. Pero ¿qué implican realmente estas definiciones?
Imaginen realizar un ritual mágico con el objetivo de obtener cincuenta euros. Vuestra voluntad se centra en adquirir ese dinero. Al salir a pasear, y a pesar de su costumbre de girar a la derecha en cierta esquina, algo les impulsa a tomar la izquierda. Un bloque más allá, encuentran a un viejo amigo que les devuelve los cincuenta euros prestados meses atrás.
¿Qué los hizo tomar ese giro inesperado?
Según Crowley, vuestro ritual mágico habría inducido algún cambio en el mundo físico, resultando en esa decisión poco común. Tal vez fue un aroma, un mensaje telepático de vuestro amigo, o una señal de alguna entidad superior que sugirió: “Gira a la izquierda”. Si adoptamos la visión de Dion Fortune, podríamos decir que el ritual modificó vuestra conciencia, brindándoles la intuición de girar hacia la izquierda en lugar de hacia la derecha. De cualquier forma, tres aspectos son claros:
Independientemente de la definición que elijamos, el resultado tangible es el mismo.
El efecto se manifiesta como si realmente hubiese ocurrido un cambio en el mundo físico, sea este real o solo un cambio en nuestra conciencia.
La magia funciona.
Sin embargo, ambas definiciones pueden parecer demasiado amplias. Si consideramos mágico cualquier acto que provoque un cambio conforme a nuestra voluntad, entonces casi cualquier acción podría ser considerada un acto mágico. Por ejemplo, si deseas abrir una puerta, giras el pomo y la abres, de acuerdo con las definiciones previas, habrás realizado un acto mágico. Crowley incluso afirmaba que “todo acto intencionado es un acto mágico”. Aunque esta idea contiene una gran verdad, quizás busquemos algo más específico en este momento.
Así, propongo una definición ampliada de magia: La magia es la ciencia y el arte de provocar un cambio (en la conciencia y en nuestras vidas) de acuerdo con nuestra voluntad, empleando medios aún no comprendidos por la ciencia tradicional occidental. Hemos introducido la noción de que la magia opera mediante procesos aún desconocidos para la ciencia moderna. La idea de que un ritual pueda desencadenar un evento concreto es ajena al pensamiento científico occidental contemporáneo, llevando a algunos “científicos” a considerar la magia auténtica como mera superstición. Pero la magia no es sobrenatural. Independientemente de si nuestro universo surgió por la creación de una entidad o entidades inteligentes, o como resultado de eventos aleatorios, debemos concluir que todo en el universo es natural. Culturas antiguas veían la salida y puesta del sol como eventos sobrenaturales, sin embargo, con el tiempo, se demostró que son fenómenos naturales resultantes de la rotación de la Tierra.
La Convergencia de la Magia y la Ciencia
Estoy firmemente convencido de que, eventualmente, la magia será comprendida y explicada mediante la ciencia occidental. La historia nos muestra cómo lo que hoy conocemos como ciencias (lectura, escritura, matemáticas, astronomía, química, medicina, física, entre otras) fueron en su momento misterios esotéricos. De este modo, vosotros os convertís en los científicos del mañana al adentraros en el estudio de la magia. Es por ello que enfatizo la importancia de adoptar el método científico, un enfoque que busca controlar todas las variables en los experimentos y mantener un registro meticuloso de los mismos.
La importancia de llevar un diario de experimentos (o diario mágico) no puede ser subestimada. Este registro permitirá demostrar cómo distintas variables (como el clima y las emociones) afectan tus rituales. La insistencia en mantener tanto el diario de los sueños como el diario mágico es crucial.
Habiendo refinado nuestra definición de magia más allá de las propuestas por Crowley y Fortune, y eliminando la mención específica a la “conciencia” en la definición de Fortune por su redundancia práctica, nos enfrentamos aún a la necesidad de precisar el propósito o resultado de la magia. Es común categorizar la magia en diferentes tipos, aunque este curso abordará la magia sin adherirse estrictamente a estas categorías. A continuación, se presenta una breve descripción de cada una:
Magia Blanca: Inspirados por la definición usada por la Orden de la Aurora Dorada, entendemos por Magia Blanca aquella que busca provocar un cambio conforme a la voluntad, empleando medios aún no entendidos por la ciencia occidental tradicional, con el fin de lograr el Conocimiento y la Conversación con el Santo Ángel Guardián, beneficiando a todos.
Magia Negra: Definida de manera sencilla, la Magia Negra busca igualmente provocar un cambio conforme a la voluntad por medios no reconocidos por la ciencia tradicional, pero con el propósito de causar daño, ya sea físico o no, a otros o a uno mismo. Es esencial entender cómo evitar, ya sea por accidente o intencionalmente, convertirse en practicante de este tipo de magia.
Magia Gris: Esta categoría representa una mezcla de las dos anteriores. La Magia Gris puede tender hacia el bien o el mal, dependiendo de las intenciones y resultados. Un hechizo lanzado sin consentimiento para influir en relaciones personales podría considerarse negra, mientras que un acto realizado con consentimiento y para el bienestar común podría inclinarse hacia la Magia Blanca.
Magia del Caos: Se caracteriza por su enfoque experimental y no dogmático, centrándose en el cambio y la manipulación de la realidad a través de la voluntad y la creencia.
Magia Verde: También conocida como magia de la naturaleza, se basa en la conexión con la tierra y los ciclos naturales, utilizando hierbas, piedras y prácticas de sanación para promover el equilibrio y la armonía con la naturaleza.
Magia Ceremonial: Se centra en rituales formales y estructurados, a menudo basados en tradiciones antiguas como la magia hermética o la alquimia, utilizando herramientas simbólicas y pasos rituales para canalizar energías y trabajar con fuerzas espirituales o entidades.
Magia Lunar: Se basa en la influencia de las fases de la luna en la práctica mágica, utilizando el ciclo lunar para potenciar rituales y hechizos relacionados con la intuición, la creatividad y la transformación personal.
Magia Solar: Se centra en la influencia del sol y su energía en la práctica mágica, utilizando la luz y las fuerzas solares para promover el crecimiento, la vitalidad y el éxito en los proyectos.
Magia Elemental: Se basa en el uso de los cuatro elementos (tierra, aire, fuego y agua) y sus cualidades asociadas para trabajar con energías naturales y equilibrar el mundo interior y exterior.
Magia Druida: Basada en las tradiciones y creencias de los antiguos druidas celtas, se centra en la conexión con la naturaleza, el estudio de los ciclos naturales y la veneración de los dioses y espíritus.
Magia Wicca: Es una práctica moderna basada en creencias paganas y la adoración a la Diosa y el Dios. Se enfoca en el equilibrio y la armonía con la naturaleza, utilizando rituales, hechizos y celebraciones para honrar a la divinidad y promover el crecimiento espiritual.
Estos son solo algunos ejemplos, aunque no todos los tipos de magia que se practican en la actualidad, cada uno con sus propias características, enfoques y tradiciones.
Finalmente, es esencial reconocer que el uso de la magia para el auto mejoramiento no es en sí mismo negativo. Es legítimo emplear nuestras habilidades y conocimientos mágicos para progresar en el plano físico. Sin embargo, siempre debemos ser conscientes de las consecuencias de nuestros actos. La idea de que “lo que siembras, cosecharás” resuena profundamente en muchas tradiciones, incluida la Wicca, que sostiene que todo acto regresa a nosotros amplificado.
Evitando la Magia Negra
¿Cómo evitar entonces caer en prácticas de Magia Negra? La clave reside en la intención y en las repercusiones de nuestros actos mágicos. Es una cuestión de ética personal y de estar siempre alineados con el bien mayor, reconociendo que nuestras acciones tienen consecuencias que trascienden nuestro entendimiento inmediato.
Este segmento del texto subraya la importancia de la práctica de la Magia Blanca como fundamento del curso, sugiere el uso de la adivinación para guiar las prácticas mágicas, y discute la naturaleza inherente y benéfica de la magia, junto con el poder de los pensamientos y la responsabilidad personal en la configuración de nuestra realidad. Aquí tienes una revisión que busca clarificar y potenciar estas ideas:
La Base de Nuestra Práctica: La Magia Blanca
La dedicación a la Magia Blanca constituye la piedra angular de este curso, y por una buena razón. Es crucial no pasar por alto esta etapa inicial, ya que el desarrollo de tus habilidades como hechicero/a poderoso/a y los progresos que realices en este camino están intrínsecamente ligados a tu dedicación y práctica en estos momentos iniciales.
Antes de adentrarte en las complejidades de la Magia Gris, te insto a que utilices métodos adivinatorios, como el Tarot o cualquier otro sistema de adivinación, para prever los posibles efectos y resultados de tus hechizos. Esta práctica subraya la importancia de la previsión y la responsabilidad en nuestras acciones mágicas.
La Magia: Una Fuerza Natural y Beneficiosa
Contrario a las concepciones de misterio o malevolencia, el uso de la magia es una expresión de trabajar con una energía completamente natural. Nuestros antepasados lo sabían bien, y diversas culturas a lo largo de la historia han practicado la magia, ya sea como un conocimiento reservado para ciertos iniciados o como parte de las actividades diarias de toda la sociedad. Un ejemplo contemporáneo de ritual mágico en comunidad es la misa católica, que integra a todos los miembros de la comunidad.
La magia nos empodera para ser los arquitectos de nuestras vidas, permitiéndonos tomar decisiones clave y asumir la responsabilidad por nuestra felicidad y bienestar. Lamentablemente, el desinterés moderno por los conocimientos mágicos y los dones naturales ha sido impulsado por intereses económicos y distorsionado por interpretaciones religiosas que condenan la práctica mágica como pecaminosa o tabú.
La Práctica Diaria Transforma
Nuestros pensamientos diarios, de los cuales tenemos alrededor de 60,000, influencian nuestro ser hasta el nivel celular, afectando no solo nuestro propio ADN sino también el de futuras generaciones. Este impacto de nuestros pensamientos, dirigidos con intención y conciencia a través de la magia, sobre nuestra realidad y bienestar es un fenómeno reconocido incluso en publicaciones médicas de prestigio.
La pregunta clave a reflexionar es: ¿Por qué pienso o siento esto sobre mí mismo/a? La ciencia ha demostrado que nuestra mente tiene la capacidad de transformar nuestro cuerpo y, por extensión, toda nuestra vida. Así, la magia ejecutada con precisión nos guía a cambiar nuestros pensamientos, alineándolos con los objetivos de nuestros rituales. Nuestro cerebro recibe y ejecuta las instrucciones dadas durante el ritual para facilitar los cambios necesarios en nuestra realidad.
Por ejemplo, si deseas encontrar una nueva pareja, después de realizar un ritual, tienes dos opciones: a) quedarte en casa esperando a que llegue esa persona o b) salir y participar en actividades sociales donde puedas conocer gente nueva. La magia, por lo tanto, no solo se trata de realizar rituales, sino de tomar acciones alineadas con nuestros deseos y objetivos.